Cartas de Amor        
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Doncella mía:


Quizás mis palabras se las lleve el viento de la misma forma que la vida se encargó de separarnos. Sin esperanza alguna y con lágrimas en mis ojos lanzo al aire lo que mi nostálgico corazón aún siente por ti. Cuando respires ese aire fresco, al caminar por esa playa que fue por mucho tiempo nuestro nido de amor, mis letras llegarán a tí y robarán una hermosa sonrisa de tus labios, o quizás una lágrima que rodará por tu tierno rostro.

El tiempo pasa lentamente, y con él vienen a mi mente momentos de júbilo vividos únicamente junto a ti. Aunque mi orgullo no permitió que te lo dijera en el momento adecuado, hoy tras la distancia te lo digo, te amo con todo mi ser y eres lo que siempre le pedí a Dios. La vida sin tí es un manantial de llanto ya que he llegado a pensarte en otros brazos y que me has olvidado. Cada mes cuando llega la fecha de lo que hubiese sido nuestro aniversario, pienso en lo tonto que fui al alejarme de ti. A diario vienen a mí esos recuerdos maravillosos donde con mis labios enamorados te recité los versos más sublimes que he escrito, y junto aquel mar embravecido te entregué mi corazón en un poema.

Hoy sé que lo nuestro es imposible, pero te prometo que guardaré nuestro amor en ese baúl de recuerdos donde celosamente guardo tus escritos, tus cartas, y esos versos inéditos que escribí para ti con mi puño y letra. Con tristeza cierro este baúl, y dentro de él guardo ese amor que para siempre vivirá en mi, como río de agua viva. También acumularé tus besos, tus caricias, y esa hermosa sonrisa que siempre ha sido mi razón de vivir. El mañana para mí ya no existe, porque también guardaré con dolor en mi pecho mi pluma, esa misma con la cual plasmé tantos versos, y bellas frases de amor que Dios puso en mi corazón.

Despacio la vida se me va, y te pido que siempre que escuches el trinar de los pájaros te acuerdes de mí. Ahora, me arrodillo en la arena y bajo las estrellas de este oscuro cielo y de la mano de mi soledad me duermo, pensando que aún estás a mi lado.
¡No seré egoísta, solo te pido que seas feliz!

Por siempre tuyo en cuerpo y alma.

 

© autor: Anibal Ponce

 

 

 

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