Hola amor:

Como podrás ver, ya no estoy dormida entre tus brazos, ni me verás más con el deseo impetuoso de darme un beso. Después de irte despertando tan lentamente y darme los buenos días... mirarás esta hoja extendida con la lapicera encima sobre el buró de nuestra cabecera, aún con el olor de mi adiós y con la letra cursiva de esta tristeza tan mía, así es,... me fui triste y aún sé que lo estoy mientras tú no sabes ni porque lo hice y te quedas sentado en espera de que salga del baño creyendo sea mentira, un juego burlón, pero no corazón, ya me fuí y aquí te diré el porque:

No es el tiempo que llevamos juntos, ni el color de tu presencia que todo lo llena y que a todo da sentido, no, ni el precio que tengo que pagar todos los días por esos intensos besos cobrados para poder mirarme en tus ojos, creo yo... y con tal fuerza que se debe al tiempo que pasamos juntos, es muy poco, así me lo dice el corazón que palpita sin control mientras te estoy escribiendo y más ahora que sé que la estás leyendo.

Gracias por tus momentos tristes, de mal humor, de alegría intensa donde reímos juntos y fuí quien te dio el corazón, gracias por el espacio que muchas veces me diste y que tú detuviste para estar donde estaba yo y llegar a tiempo rompiendo el viento y llegar a mi, hoy ya no me miraras abrazada a ti mientras te tallo la espalda en la bañera, ni notaras mis manos coloradas mientras te caliento la comida, no soy tu esposa porque nunca hubo papel firmado pero sé que fui tu mujer porque nuestras almas por mucho tiempo los dos dejamos volar y hasta ayer sonrieron, adiós, y esta carta no la guardes, solo dale un borrón en la parte de abajo donde dice. Te amo, y ponle... sonríe amor... buenos días.

Para ti amor que me hiciste reír y compartiste tu vida a mi lado.

Gracias

©2005 Autor: Alejandro Sandoval