Dios bendice a quienes no siguen malos consejos,
ni andan en malas compañías,
ni se juntan con los que se burlan de Dios.
Dios bendice
a quienes aman su palabra
y alegres la estudian día y noche.
Son como árboles sembrados junto a los arroyos:
llegado el momento, dan mucho fruto
y no se marchitan sus hojas.
¡Todo lo que hacen les sale bien!
Salmos 1:1-3
(La Biblia, BLS) |