para abrir las alas,
aunque la tristeza
nos hunda sus garras.
Si cierras los ojos
y miras el alma
verás que las luces
que nunca se apagan
son aquellas luces
que se han hecho blancas.
Rayos de un amor
que alumbra esperanza,
que ahoga las sombras,
que abriga y abraza.
Siempre hay un motivo
-aunque la nostalgia
nos robe suspiros-
de aspirar mañanas.
Que no te confundan
las nubes que pasan,
el sol que precisas
está en tu mirada