LA CASA DE LOS SILENCIOS.
Hoy les contare mis queridos lectores, una historia tal vez inusual, ó común y juzgarán ustedes según su parecer y experiencias propias.
En un comienzo, fui un terreno codiciado, me compraron con la ilusión de elaborar sobre mí una casa cómoda y moderna, para una familia de 4 personas. Mi dueña en su corazón anhelaba tener su propia familia, un esposo ó compañero y un par de hijos, para serles más explicito una niña y un niño.
Me compró en un verano, ya no recuerdo el año, pero paso un par de años para, que elaborasen un diseño de casa. Lo hizo pero en su corazón ya no había la ilusión, ni el amor, los sueños se difuminaron...
La casa de los silencios me llamo, su estructura metálica, ahorra dinero, tiempo, y mano de obra. Dos plantas distribuidas así: en la planta de abajo la sala, un baño, escaleras que conducen al segundo piso, el comedor, la cocina, áreas de servicio y un patio trasero. En el segundo piso tres habitaciones: la principal con baño privado, vestier un balcón, que servirá de estudio y biblioteca, entre la habitación principal y las otras dos las separan una sala estar, para ver la televisión, usar el monitor y diversidad de actividades, dos habitaciones pequeñas pero acogedoras con ventanas hacía el pasillo y un baño en común.
Las escaleras de base metálica los escalones de madera, pasamanos de hierro forjado, los pisos de cerámica rustica (caico) color ladrillo, pintadas a mano con botones de rosas dan frescura y colorido al entrar, el aire corre libre por los espacios, paredes de cemento y techos en machimbrado.
Pintada en tonos azules, rosados, naranjas, verdes y violetas con blanco, el cual predomina. Me convirtieron en una hermosa casa, fría como mi estructura, mi dueña no me habita de cuando en cuando pasa a verme, me rento y vive en otro lugar... Mis habitantes son felices en mi interior, los niños ríen y juegan, sueñan en crecer y ser piloto de carreras el niño y la niña con ser aeromoza internacional, estudian y cada día escucho sus risas, llantos y sueños. Sus padres son felices, trabajan para dar lo mejor de sí a esos tesoros, pronto me dejarán han comprado su propio hogar y me lleno de felicidad por ellos.
Me quedare vacía, la tristeza me invadirá mientras me rentan de nuevo, me llenare de humedad y tal vez mi belleza se desvanezca un tanto, no será muy notorio pero cuan triste estaré entre silencios.
He sabido que mi dueña, me habitará, ya no me rentará más, pero viene sola con sus muebles hermosos y cálidos, libros, títulos, un buen sueldo que le permite vivir una vida holgada. Dicen que es muy romántica y suele viajar al extranjero con frecuencia, no busca el amor, es escritora y trabaja en un ministerio. No traerá consigo la sonrisa de los niños que soñó, ni el apoyo que tanto su corazón desea, se acostumbro a vivir libre sin ataduras y ya en mis muros no se escucharan las risas de los niños, ó al menos de ninguno que hay salido de su vientre. Ni adoptado, sólo la de sus sobrinos cuando vengan de visita y eso si la consiguen, como es peregrina siempre emprende mil vuelos hacia el ancho territorio nacional o internacional.
Hoy mi dueña se ha mudado, me ha llenado de cosas hermosas, que denotan su buen gustó y elegancia, me dotó de las últimas innovaciones tecnológicas para su seguridad y resguardo, para comunicarse con el mundo.
Yo antes era la casa de las risas, de los sueños y los deseos, hoy me siento triste con mi dueña acá. Me recorre cada noche, al llegar enciende mis luces, escucha música y enciende el ordenador para trabajar en sus textos, casi no duerme, a penas come y sale con el alba del nuevo día.
Mis compañero hoy son, libros, sus objetos más preciados y alguna visita, que entra a recorrerme, suelo escuchar sus conversaciones amenas, alegres en ocasiones. Pero esconde al mundo entre mis muros sus lágrimas y su profunda tristeza, por eso pasa poco tiempo en mí y al poder irse emprende viaje.
Piensa que, si trabaja es para darse gustó, guardar para su vejez, hoy puso sobre su escritorio las planillas, que le hacen donante de sus órganos vitales, en caso de accidente y no se recupere puedan extraer de sí todo lo que a otros les den largas a sus vidas.
Y un contrato con una reconocida funeraria, donde deja cancelado su cremación y no su velatorio, no lo desea siempre le ha parecido un acto macabro y descarnado, con un dejo de morbosidad. Por ende ha dispuesto su cremación sin velatorio, su traslado a las costas para esparcir al mar sus restos, no desea novenario, ni lagrimas. Sólo ser recordada como un ave de paso, que se marcho al lugar de origen; a la fuente de amor.
Ha dejado todo listo, sus amigos tienen una copia de este documento, sus familiares lo desconocen y es un documento notariado y registrado, para su cumplimiento. Sus bienes materiales sólo eso son, ya dispondrán a gustó.
Mi dueña es dulce, pero silente por eso desde que ella me habita, soy la casa de los silencios, y cuando la tristeza se me contagia como un virus gripal, evoco las risas de los niños que habitaron en mi, sus sueños y cuando ella su tristeza siente, me llena de rosas rojas y eucaliptos para reverdecer en el silencio y aromatizarme.
Ha trascurrido el tiempo, mi dueña en su eterno volar, consiguió no tan tardío el amor, en su vientre hay un par de vidas, que llenan de alegría tanto su ser, como mis muros, que pronto tendrán sonrisas, llantos y sueños de los niños, que serán mis dueños.
Mis paredes las visten de gala, con azul aguamarina la entrada, puertas y ventanas todas en blanco, el baño de las visitas siempre ha sido azul celeste, los muebles azul aguamarina y en mis muros cuelgan hermosos cuadros, el techo del piso de abajo es blanco, tengo luz, el comedor en amarillo durazno y la cocina en color crema, al igual el área de servicio. La escalera blanca con toques en azul, la habitación principal entre blanco, azul, rosado y el balcón color blanco. El baño siempre ha sido rosado hoy reluciente, si vieran la sala del estar es verde agua con blanco y las habitaciones de los pequeños hermosas están.
Con ternura e infinito amor, mi dueña las pinto la de la niña entre rosas, azules, naranjas y violetas, cortinas, cuna y enceres a juego. La del niño en diversos tonos de verde, azul, naranja y violeta ambos son el renacer en mis muros.
En tres meses, se escucharán los llantos de los tesoros de la casa, y el trajinar de la madre, que acude a su encuentro, ahora tiene el corazón y el alma feliz, sueña con sus bebes y en dar lo mejor de sí. No desea darles una educación tradicional, prefiere verlos crecer, independientes, seguros, guiados con el amor y la paciencia de la madre, quien desea que emprendan su vuelo, aprenda a tomar sus decisiones desde temprana edad. Les educará desde su vientre, les lee cuentos, poesías, épica y todo cuanto le es posible, les coloca música clásica hasta la más novedosa y en su vientre los siente crecer libres, sanos, seguros y fuertes.
Su padre con ilusión e inquietud y un dejo de temor les espera, poder tenerlos entre sus brazos verles crecer y ser su mejor amigo, confidente y guía para la vida, es un tanto jovial, y llena de alegría a mi dueña y mis muros han dejado de ser, silentes.
Me aturde tanto bullicio, me había acostumbrado al silencio y porqué no admitirlo, a ser habitado por un ser solitario, taciturno, que emprendía viajes, hoy no los hace por su estado, pero un alma libre no conoce de prisión alguna.
Hoy reverdezco en la ilusión, el amor y la paz de quienes me habitan, de cuando en cuando me visita unas viejas compañeras: la soledad y la tristeza, que juntas departimos gratos momentos. Pero sus disposiciones para su muerte siguen intactas. ¡Algunas cosas nunca cambian!
AUTOR MARÍA AUXILIADORA FERNÁNDEZ VELÁSQUEZ.
MÉRIDA-VENEZUELA