-- A tu lado siempre --

Capturé la primera sonrisa de tu existencia para conservar el recuerdo de tu ingenuidad en el portal de las expectativas cambiantes. Observé sin juzgar, cada uno de los actos que te llevaron a donde estás ahora. Alabé los logros de tu alma en el duro sendero del desarrollo espiritual.

Lamenté todas las lágrimas que cubrieron de pena tu rostro con la fiel intención de hacer de ti, un ser más sensible a las necesidades de los demás. Celebré tus éxitos mucho antes de que los imaginaras con el deseo de verte disfrutar el presente más allá de tus esperanzas y las mías.

No conforme con eso, me desviví por complacer tus gustos, me desvelé por protegerte, me esmeré por enseñarte el camino hacia la realización personal. Estuve allí cuando nadie más te consoló. Te amé cuando otros te rechazaron... te acepté cuando otros hicieron lo posible por cambiarte.

Hoy, siento un gran vacío entre nosotros como si ya tu fe comenzara a decaer... como si ya no confiaras en mi abrazo seguro, ni pudieras creer que mis manos no te dejarán caer. Estoy aquí a tu lado... siempre... más de lo que cualquier otra persona puede estarlo... estoy latiendo en tu mente y alimentando tu espíritu en cada respiro tuyo.

Soy la voz que te indica el terreno donde te conviene esparcir ilusiones y cosechar alegrías... y entre éstas líneas te escribo para decirte que aún cuando piensas que no hay salida para las situaciones tormentosas, si me dejas ocuparme de ti... sabrás como superarlas, no con el poder que viene de afuera sino con la fuerza interior de una voluntad que no se intimida ante los problemas.

© 2006, Autor: Anónimo