Hola amor:

¿Cuánto tiempo ha pasado? ¿un año? ¿dos?... No lo sé... en mi libro se detuvieron los años al perderte.

Creí que solamente existía el amor dentro de la rutina, aquél sentimiento que día con día se viste de colores para ofrecer a la vida una serie de complicaciones, de parlamentos inexplicables y discusiones.

El tiempo nos fue enseñando cada línea de sentimientos y cada hoja que del calendario caía era como las hojas de otoño deslizándose a nuestros pies... cansados en ocasiones pero complementando al caer la noche pintábamos las estrellas en el cielo.

La ausencia se ha empeñado en separar hoy aquellas sagradas horas en donde juntos volábamos al cielo, el invierno ha cubierto de escarchadas voces las palabras que, enmudecidas quedaron en los labios... en la piel las sensaciones tallaron tu nombre y la imagen de tus ojos se prendieron a este baúl de añoranza... de vientos sin brisa... y en aquel portal de la casa aún tu silla te espera.

No quise pronunciar más tu nombre, mis ojos se cansaron de llorar y tal vez, amor... tal vez jamás un beso no encuentre destinos... tal vez jamás al reencuentro la vida nos lleve...

Será sólo un tal vez... Mientras los atardeceres encienden promesas... y el tiempo... el tiempo hará su mejor óleo del recuerdo en mis sienes... entonces se escribirá el más hermoso poema que jamás poeta haya escrito... y elevaré mi copa para brindar por toda la felicidad que compartimos y antes que se apague la luz el camino que juntos recorrimos, sea ese mismo sendero quien me lleve a tu lado.

©2005 Autor: Peregrina Alma Cervantes.
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