Esta mañana, cuando Dios abrió una ventana en el cielo, me vio y me preguntó:
"Hijo/a,
¿cuál es tu mejor deseo para hoy?"
Yo le respondí: "Señor, por favor, cuida de la persona que está leyendo este mensaje, y de su familia, pues ellos se lo merecen y yo los quiero mucho".
El amor de Dios es como el mar:
Puedes ver su
inicio pero no su final.
Así es el cariño que tengo para tí.
Felicidades porque eres mi amig@
Recuerda que por muy oscuro que se vea el camino, nuestro Señor siempre será una luz para ti y tus seres queridos.
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