La brisa me acaricia, el rostro dulcemente
como si dijera que el amor está presente,
a través de la distancia dejo el sentimiento
y el eco me responde como triste lamento.

Es el mar testigo fiel de toda mis tristeza
me va nutriendo el corazón de dulce entereza,
caminando por la arena tibia de mi mar
¡ Recuerdo entre suspiros lo que era a ti amar !

¡ La luz de la luna sobre las aguas dormida !
¡ Las estrellas brillando en su dulce titilar !
Y yo, triste caminando en la orilla del mar
entre la espuma y las olas paseo perdida.

¡ Susurrando a la luna este deseo de amar
camino tristemente por la orilla del mar !

© 2008, Autor: Edith

En mi eterna soledad un dulce amor buscaba
que acompañara mis noches y sentirme amada,
un dulce amor que me impregnara de su sentir
que su tierna llegada yo pueda presentir.

Le he buscado en el mar, también en la dulce estrella
he susurrado que llegue, a la luna bella,
a orillas de la playa jugando con las olas
he musitado su nombre en las caracolas.

He impregnado de ansias, de tierna inspiración
la locura de esperarle a éste corazón,
pero sigo pernoctando en esta soledad
sin que llegue a mí, esa dulce felicidad.